¿POR QUÉ NO CUMPLIMOS NUESTRAS METAS?

 



¿Por qué no cumplimos nuestras metas?

¿Alguna vez te has propuesto una meta y te has encontrado con que es imposible cumplirla? Esto es aún más común a inicio de año. Todos empezamos el año con toda la actitud y muchísima energía, llenos de sueños y de aspiraciones para comenzar un nuevo año. Todos nos trazamos metas, propósitos de año nuevo; escribimos nuestro libro de los sueños y demás: Bajar de peso, empezar a leer y aprender un idioma nuevo, son algunos de los propósitos más comunes que hay. Empezamos el año motivados y los primeros días cumplimos con todas nuestras metas al pie de la letra. Sin embargo, poco a poco van surgiendo compromisos, problemas o adversidades y sin darnos cuenta ya abandonamos por completo esas metas y propósitos que inicialmente nos habíamos trazado.

¿Te sientes identificado? La verdad a mí me ocurría año tras año y me encontraba dentro de un círculo vicioso: nunca podía alcanzar mis metas y mis sueños. Sabía que Dios tenía un plan para mi vida, pero no sabía cómo cumplir los sueños de Dios en mi vida. Muchas veces el enemigo nos mantiene distraídos y nos tiende trampas para no cumplir nuestro propósito o nos tiene en una zona de confort en la que nunca podremos alcanzar los sueños de Dios para nuestra vida.

Llegó un momento en el cual me sentí harto de no avanzar en el propósito de Dios; Oré mucho, investigué mucho y finalmente hice un plan de acción para cumplir mis metas. A continuación te comparto 3 reglas que me ayudaron a cumplirlas:

  • Primera regla: Empieza con una meta a la vez. Muchas veces, queremos cambiar nuestras vidas por completo de la noche a la mañana y nos trazamos muchas metas. Sin embargo, al hacerlo, no podemos enfocarnos en cumplirlas en su totalidad. El enfocarte en una meta a la vez te ayudará a que concentres todo tu tiempo, esfuerzo y energía para que la puedas cumplir. El apóstol Pablo conocía el poder del enfoque y lo escribe en su carta a los Filipenses: “Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante…” (Filipenses 3:13) Empezando con una meta a la vez, descubrirás el poder del enfoque.

  • Segunda regla: Registra tu avance diario. “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar.” - Lord Kevin. Es necesario registrar tu avance diario para que te comprometas en cumplir tu meta todos los días. Algo que a mí me ha funcionado es registrar mis avance diario en hojas de papel. En mi cuarto tengo un tablero en el cual tengo muchas hojas de papel pegadas y ahí registro mi avance para muchos proyectos. Aunque la tecnología es buena y hay aplicaciones para llevar tu progreso, es muy fácil postergar recordatorios. Sin embargo, para mi no hay nada mejor que algo visual como el papel, en el que puedas registrar tu avance diario y comprometerte a cumplirlo.

  • Tercera regla: Evalúate cada 21 días. Aunque muchas veces las metas que nos ponemos son anuales, sería algo irreal y poco eficiente el evaluarnos al final de cada año para medir nuestro progreso. Por lo tanto, los expertos han establecido 21 días como el tiempo correcto para evaluar una meta. Ojo, no estoy diciendo que vas a poder formar un hábito en 21 días, muchas veces tardamos mucho tiempo más en formar un hábito. Pero el auto evaluarte cada 21 días te ayudará a dividir tu meta anual en segmentos pequeños y darte cuenta que necesitas cambiar para cumplir tu meta de una mejor forma.

Te aseguro que si sigues estas 3 reglas, podrás cumplir tus metas y avanzarás cada vez más en los planes que Dios tiene para tu vida. Te deseo lo mejor, y recuerda que lo que Dios comenzó en ti lo perfeccionará hasta el día de su venida. (Filipenses 1:6)

Esteban Morán




Comentarios

Entradas populares