CUANDO LA DEBILIDAD ES TU MEJOR FORTALEZA


 


Cuando la debilidad es tu mejor fortaleza.

"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." 2 Corintios 12:9-10.

Una de las cosas que nos enseñan desde pequeños, a veces sin intención, es a no demostrar debilidad y a valernos por nosotros mismos, aún cuando somos pequeños y nos caemos, nos dicen, levántate, límpiate las lágrimas, ya deja de llorar, no paso nada, ¿Cierto? Pero qué alivio fue para mí aprender que lo mejor era aceptar mi debilidad para que Cristo pudiera obrar en mi.

Hace un par de meses, me encontré en la situación en la que ninguno ha querido encontrarse. Comencé a sentir síntomas de resfriado, fiebre, dolor de cuerpo, y quizá al inicio no quería aceptar la posibilidad de que haya sido contagiada por este virus, sin embargo, 2 semanas y una prueba después, confirmamos que tenía COVID.

Intenté tener la mejor actitud posible, aún tranquilizando a las personas a mi alrededor, hablando cosas positivas y refugiándome en la oración. Pero la realidad era que tenía un temor profundo, pues hace menos de 2 años enfrenté una situación en el área de la salud que me llevó al borde de la muerte, una neumonía que se complicó a tal grado que los médicos le dijeron a mi familia que se prepararan, porque no sobreviviría. Y aunque no fue así, en esta ocasión, recordaba que mis pulmones aún estaban en recuperación. Pasé las primeras semanas en casa, siendo atendida por un médico, pero llegó un punto en el que mis pulmones estaban debilitándose y aún con el compresor de oxígeno, respirar era doloroso.

Mis papás tomaron la decisión de ingresarme a un hospital; debo aclarar que yo vivo por ahora en Ciudad de México y ellos en la ciudad de Campeche; no podían viajar porque estaban contagiados con el virus y mi mamá ya estaba en el hospital.

Me rehusaba a ir a un hospital, porque tenía miedo de lo que podría pasar, no quería tener una experiencia traumática ahí, así que lo postergué por el mayor tiempo posible, pero al final tuve que aceptarlo y accedí a ir. Una ambulancia llegó por mí al complejo de departamentos en el que vivo, y tuve que ingresar a la cápsula de traslado COVID. Nos indicaron a qué hospital ir, pero al llegar ahí nos dijeron que no podía ingresar porque el cupo estaba a máxima capacidad, y esto sucedió en 3 hospitales diferentes.

Hasta este punto había mantenido una actitud serena y calmada. Pero después de 4 horas en esa pequeña cápsula, no pude seguir siendo fuerte y me quebré completamente. Sentía que mi cuerpo se quedaba sin fuerzas, el esfuerzo para poder respirar, aún con el oxígeno suplementario era mucho, y estar encerrada en ese espacio tan pequeño me producía ansiedad.

Pero en medio de esa situación, hice una oración desde lo más profundo de mi corazón: “Dios, ya no puedo, ni siquiera tengo fuerzas para orar, no tengo fuerzas para llorar, no puedo ni siquiera clamar; necesito que me ayudes, necesito sentir que estás conmigo”. Y ahí, en ese momento tan débil, tan vulnerable, tan caótico para mí, pude entender lo que “Bástate de mi gracia” significa. 

Su gracia es suficiente, porque cuando yo no puedo, Él puede; cuando no puedo seguir, él me toma en sus brazos y me lleva donde debo ir; cuando no puedo ver, Él toma mi mano y me guía y su amor es más que suficiente para mí. En medio del dolor, en medio de la prueba, cuando más débil soy es cuando mas fuerte puedo ser, porque él está obrando en mi. Y cuando comprendemos eso, es que entendemos lo que decía Pablo: me gozo cuando tengo pruebas, debilidades, afrentas, enfermedades, dolor, porque es ahí donde puedo ver una evidencia tan tangible de su gracia, su misericordia, su amor inagotable hacia mi vida.

La gracia es un regalo tan grande que nos ha sido entregado, y muchas veces olvidamos el privilegio que tenemos de poder recibirla. Porque en medio de todo, yo reconocía que Él me sostendrá y todo iba a estar bien, pero hay muchos que no tienen esa certeza en su vida, que no han conocido al Dios de gracia y amor. 

Así que deja a un lado el sentido de autosuficiencia y el orgullo que nos impulsa a creer que podemos nosotros solos y comienza a reconocer tu debilidad delante de Dios, día a día, porque eso significa vivir dentro de Su gracia, porque aún en el momento que me siento más fuerte, no se compara a Su fortaleza y Su poder.

Saludos, Ami Tun.




Comentarios

  1. Hermoso testimonio, me lleva a recordar que tenemos un Dios vivo que está pendiente de nosotros, nuestros padres no siempre pueden estar pero él como Padre nunca falla.

    ResponderBorrar
  2. Que gran testimonio en estos tiempos difíciles, aliento de vida.

    ResponderBorrar
  3. Increíble testimonio, Su gracia nos sostiene 🙌🙌

    ResponderBorrar
  4. Testimonio poderoso, y la fuerza de Dios una vez más demostrada ante los momentos que parecen ya imposibles de superar 🔥

    ResponderBorrar
  5. Gracias por compartir esta enseñanza , aprendí a cómo es vivir bajo su gracia y cómo Dios obra en medio de nuestras debilidades y momentos difíciles❤

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares