PIEZA DE ROMPECABEZAS




Pieza de rompecabezas

Hay algunas cosas que nos definen como humanidad: nuestra conciencia, el raciocinio o la capacidad imaginativa, pero una de las mayores virtudes y capacidades que nos manifiestan como seres inteligentes y capaces de hacer grandes obras es nada más y nada menos que el conocimiento del tiempo. El ser humano es la única criatura en la faz de la tierra que entiende este precioso y valioso concepto.

Podemos cuantificarlo día a día, es así que a partir de nuestra conciencia del tiempo y de lo que esto conlleva podemos decidir en qué nos queremos convertir. Sabemos que estaremos en esta tierra un promedio de setenta u ochenta años, por lo que invertimos este valioso recurso de la manera más eficaz que podamos; en el mejor de los casos buscamos que nuestro yo del futuro tenga estabilidad económica, física, espiritual, familiar y amorosa; con base en estos deseos de autorrealización decidimos cosas tales como:  dónde estudiaremos, con quién nos casaremos o dónde viviremos. Es aquí donde los sueños son creados.
Cuando nos hacemos consientes de nosotros mismos y del tiempo que tenemos tomamos las mejores decisiones.

En lo que va del año las circunstancias nos ha recordado que somos seres diminutos en un enorme lapso de tiempo e historia. Una enfermedad obligó a casi todos en el mundo a cambiar su estilo de vida. Pasamos de estar en un vaivén rutinario obligado a un estado de quietud contemplativo. Cambió la forma tradicional de vida que habíamos conocido. Gracias a cosas como estas, es que recordamos que nuestros sueños, anhelos y expectativas no siempre se pueden lograr simplemente por el deseo que tenemos en ellas, a veces el destino en la mano de Dios mismo nos cambia el panorama, los planes y la vida. Una enfermedad, una lesión o alguna muerte prematura pueden arruinar nuestro magnifico plan de vida. A veces pareciera que la vida misma se torna en nuestra contra, es en este punto cuando nuestras decisiones toman importancia.

Las elecciones que hacemos durante alguna dificultad son las que mejor nos definen, y es gracias a estos periodos de dificultad que somos capaces de levantarnos y retomar nuestros caminos de la mejor manera posible. Una nota mala en la escuela puede obligarnos a esforzarnos para no volver a sentir ese fracaso; que nos despidan de algún trabajo puede hacer que nos demos cuenta de algunos de nuestros errores; alguna lesión puede darnos una dura pero necesaria lección.
Como jóvenes aún tenemos el tiempo y la fuerza para hacer lo que queramos. Podemos hacer de este mundo un lugar mejor para los que siguen o podemos dejarlo peor de lo que nuestros antepasados lo dejaron, somos capaces de hacer grandes cosas, pero para eso tenemos que hacer autoconciencia del tiempo que tenemos y de cómo lo queremos invertir para así lograr nuestros sueños.

Recordemos, somos un fragmento, una pieza en un gran rompecabezas manejado por un ser superior: Dios.

Saludos, Judá Ortega

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