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      Hola a todos. En muchos años he aprendido algo que quiero compartir: es importante empezar bien algo en nuestras vidas, sobre todo si se trata del Reino de Dios; pero más importante es la PERSEVERANCIA en lo recto y justo siguiendo la voluntad de Dios, y terminar nuestra vida bien.

Un buen ejemplo de lo contrario a esto, o sea, iniciar algo bien y terminar mal, lo podemos ver en la vida del Rey Salomón, hijo de David. Salomón hizo lo recto y justo al inicio de su reinado, que incluso pidió Sabiduría a Dios para gobernar Israel, y Dios no solamente le dio una Sabiduría única y apreciada por naciones en su tiempo, sino que le dio además lo que no pidió: riquezas, honor, larga vida y victoria sobre sus enemigos, tanto, que durante su reinado hubo paz en Israel.
Pero en su vejez, su corazón se inclinó a mujeres extranjeras de Egipto, Moab, Amón, Edom y otros lugares paganos, y no de Israel, desobedeciendo el mandamiento de Dios (Deuteronomio 17:17), inclinando su corazón a la idolatría de sus dioses (1ª. Reyes 11:1-4).
Aun así, Dios fue fiel a su Palabra, y no llevó a cabo castigo en los tiempos de Salomón, sino hasta que reinó su hijo Roboam, por amor a su padre David.

Personalmente, Dios usó lo duro de mi carrera al hacer una especialidad médica, para enseñarme disciplina y perseverancia, mismas que también aprendí de mi esposa en cuanto a su cultura de leer la Biblia y muchos libros en forma perseverante, entre otras cosas. Fueron años difíciles en la Ciudad de México, pues la exigencia, disciplina y castigos tan solo por llegar un minuto tarde a los diferentes hospitales que estuve, me enseñaron a ser formal, puntual, respetuoso de mis autoridades, poder confiar en Dios (a vivir en forma milagrosa tan solo de mi beca de Residente, siendo parte importante la fidelidad en el Diezmo, a pesar de estar casado y con dos hijas), y todo eso ahora entiendo que Dios lo permitió para formar en mí CARÁCTER, que me sirvió mucho después al ser llamados al Pastorado, además de cultivar una disciplina de lectura de la Palabra y oración no religiosa, sino de amor en el Espíritu, de Padre a hijo.

      Resumiendo todo esto: el ser perseverantes en leer la Palabra de Dios, orar, permanecer en autoridad, y cuidarnos de YUGOS DESIGUALES, nos llevarán a iniciar y terminar bien nuestra vida, haciendo la voluntad del Padre: Amarlo y predicar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, haciendo verdaderos discípulos. 

Saludos, Pastor Moisés Velázquez.


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